Para estabilizar el material del electrodo y aumentar la estabilidad del contacto con el colector de corriente de la batería, hecho de cobre o aluminio, se han añadido cargas como celulosa y caucho. Representan menos de una décima parte del compuesto del cátodo y no reducen la capacidad de la batería.
La mayoría de los coches eléctricos funcionan con baterías de iones de litio, un tipo de batería que se recarga cuando los iones de litio fluyen desde un electrodo cargado positivamente llamado cátodo hasta un electrodo cargado negativamente llamado ánodo. En la mayoría de las baterías de iones de litio, el cátodo contiene cobalto, un metal con características como alta estabilidad y densidad energética
Al mismo tiempo, el cobalto es un metal escaso, y la mayoría de sus yacimientos se encuentran en países con entornos políticos difíciles. Además, la extracción de cobalto implica condiciones de trabajo peligrosas y genera residuos tóxicos que contaminan el medio ambiente cercano a las minas. Un material alternativo utilizado en la práctica es el litio-hierro-fosfato (LPF), que, sin embargo, tiene la mitad de densidad energética.
